Ya hemos comentado en otras ocasiones que cualquier universo ficticio que se precie debe contar con elementos culturales propios, con detalles que insuflen de vida y personalidad al conjunto de la obra. Las grandes sagas literarias y franquicias cinematográficas cuentan así con sus propios idiomas, religiones o entretenimientos.
Canción de hielo y fuego, de George R.R. Martin, no iba a ser menos. En Festín de cuervos, el cuarto libro de la saga, aparecen las primeras menciones de un juego de mesa llamado sitrang (‘cyvasse’en la versión original en inglés). Se explica que el sitrang procede de Volantis y tiene una excelente acogida en Dorne. Hombres y mujeres, nobles y plebeyos… todos juegan a este juego de casillas de jade, coralina y lapislázuli y piezas de ónice y marfil.